En 1989 yo tenía 18 años y andaba
buscando un nuevo ídolo. Bryan Adams había publicado su “Into The Fire” hacía
ya dos años pero acababa de romper con Jim Vallance y las noticias sobre la
publicación de su próximo disco eran que se retrasaba cada vez más y más.
Necesitaba cubrir ese vacío y decidí meterme en los Beatles.
En aquel entonces conocía lo
básico: mis padres tenían el “20 Greatest Hits”
con las más típicas: “She Loves
You”
“Help!”
“Hey Jude”
etc. pero no me entusiasmaba. Aún
así, decidí darles una segunda oportunidad y un día me fui al Corte Inglés y me
compré a la vez “Rubber Soul”
y “Sergeant Pepper´s Lonely Hearts Club Band”
Como se imaginará el conocedor de
la obra de los de Liverpool, probablemente no son los dos discos más indicados
para que un chico de 18 años entre en contacto con ellos. Imaginaros mi
sorpresa cuando escuché cosas como el arpa en “She´s Leaving Home”
O el sitar en “Norwegian Wood”
Seguían sin entusiasmarme pero
algo debían tener cuando todo el mundo les idolatraba tanto así que les di una
última oportunidad y me compré “A Hard Day´s Night”… y flipé al instante.
Este SÍ era un disco para
disfrutar (aclaro, “Rubber Soul” y “Sgt. Pepper´s” también me flipan, pero al
principio me costó ;-) ). Viéndolo con la perspectiva de los ¡¡50 AÑOS!! que han
pasado desde su publicación no puedo evitar preguntarme cómo diablos unos
mequetrefes de veintipocos años como John Lennon y Paul McCartney pudieron dar
forma a esas canciones, esas melodías y esas armonías vocales.
Más allá del hecho de que sea el
primer disco compuesto en su totalidad por canciones originales de John y Paul,
lo que me atrapó, y me sigue atrapando, es la energía y buen rollo que
desprende el álbum al completo y, sobre todo, lo que me volvió loco y sigue haciéndolo
25 años después es el sonido de las voces de los dos líderes de la banda
cantando juntos. Para mí, es un sonido imbatible en la historia de la música popular.
El disco comienza con la canción
que da título al LP y la película y cuyo primer acorde ha pasado a ser el más
famoso de la Historia porque nadie, yo creo que ni el mismo George Martin, está
seguro 100% de cómo se toca. Es una buena introducción a lo que contiene el tercer
larga duración de los Fab Four: grandes voces, marcha y buen rollo a raudales.
Me encanta el cencerro (me refiero al instrumento) de Ringo Starr en el puente y el
arpegio final de George Harrison con su Rickenbacker de 12 cuerdas.
La armónica de Lennon anuncia “I
Should Have Known Better” como una bomba. La voz de John grabada dos veces (un
truco de estudio que utilizaron muchas veces a lo largo de su carrera) suena
genial y no puedes evitar dejarte llevar por el ritmo.
“If I Fell” es una maravillosa
composición del futuro señor de Yoko Ono que sirve como vehículo para las
alucinantes armonías vocales que forma junto a McCartney.
“I´m Happy Just To Dance With You”
es otro tema de Lennon, por aquel entonces no solo líder sino también
compositor más prolífico, que sirve para dar algo de protagonismo puntual a
George Harrison, quién en 1964 todavía no se había destapado como la gran
figura que iríamos conociendo poco a poco en los años siguientes. Este tema no
es que sea una maravilla, pero es agradable de escuchar.
Paul aparece por primera vez con “And
I Love Her”, gran canción de amor que combina con acierto la guitarra acústica
de John con la española de George y no os perdáis la percusión de Ringo con los
bongos.
“Tell Me Why” es otra obra de
Lennon, quien toma la voz principal apoyado por los coros de Paul y George (que
son una gozada). A destacar el falsete de John.
“Can´t Buy Me Love” es,
simplemente, una de las mejores canciones de Paul durante la primera mitad de
los 60. Con su ritmo y estribillo contagiosos y una gran actuación vocal de Macca.
Una joya. Curioso que en todas sus canciones de “A Hard Day´s Night” nadie le
hace coros. Graba su voz dos veces pero nadie le hace coros. ¿Casualidad?
Con “Can´t Buy Me Love” acaba la
primera cara del disco. La segunda la componen canciones que no salieron en la
película pero que mantienen el nivel.
La primera es “Anytime At All”,
gran canción de Lennon, al que se le suma McCartney en el estribillo. No
estamos hablando sólo de los dos mejores compositores pop del siglo XX, también
de dos de los mejores cantantes, en aquella época. Bryan Adams ha grabado
recientemente una versión de este tema para su álbum de covers, pero para mi
gusto la original es imbatible.
“I´ll Cry Instead” es otra composición
de John que se escucha con gusto pero no está entre lo más destacado del disco.
Paul vuelve a aparecer con “Things We Said
Today”. Buena canción, cuyo mejor momento es probablemente el cambio de
la estrofa al puente.
Las voces de John, Paul y George
entran como un huracán en el comienzo de “When I Get Home” para ofrecernos un
apasionado desparrame de Lennon diciéndole a su chica que se prepare, que
cuando llegue a casa… pues eso. De lo mejor del elepé.
“You Can´t Do That” es otra de
las canciones por las que el 99% de los grupos de la época mataría. Lennon se
muere de celos y le prohíbe a su chica hablar con otros hombres en un tema
irresistible donde la pasión de la voz de John encuentra el complemento
perfecto en el acompañamiento que le proporcionan las voces de Paul y George.
50 años después suena igual de fresca.
El disco acaba con una de mis
favoritas, no de este disco, de cualquiera de los Beatles. “I´ll Be Back” tiene
quizás mis armonías vocales favoritas de toda su discografía, así que
imaginaros. Poco más puedo decir, excepto que la escuchéis… y gocéis.
“A Hard Day´s Night” fue el disco
que me convirtió en beatlemaníaco. Desde entonces ahorré de mi paga todo lo que
pude para ir comprándome uno a uno todos sus discos. La mejor inversión que he
hecho nunca.
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