Valorar este disco con un mínimo de objetividad me resulta muy difícil por varios motivos. En primer lugar, en todos los discos de versiones tiendes a comparar la versión con el original. ¿Es eso justo? Por otro lado, tiendes a comparar el disco con la obra anterior del mismo artista. ¿Es eso justo? Por último, cuando se trata de un artista que realmente te gusta y al que sigues desde muchísimo tiempo atrás, es imposible utilizar el mismo rasero que con un artista al que escuchas por primera vez.
Entonces ¿cómo juzgar este
“Tracks Of My Years”? ¿Es justo valorarlo simplemente por lo que te transmite
al escucharlo, sin prejuicios de ningún tipo? ¿O es necesario tener en cuenta
las circunstancias que lo rodean? Veamos:
El siguiente texto no es mío; es
el propio Adams el que relata lo siguiente en el libreto interior del álbum que
estamos analizando: “Me encanta la música
de guitarras a todo volumen. A mediados de los 70 me enganché al hard rock. Era
una época fantástica para las guitarras: Blackmore, Page, Clapton, Ronson,
Townsend y había música de The Who, David Bowie, Humble Pie y sus predecesores,
los Beatles y los Stones, por nombrar algunos. En casa practicaba canciones de
Bad Company y disfrutaba de la música de Alice Cooper, CCR y Janis Joplin. Así
que...
¿POR QUÉ NO HACER UN ÁLBUM DE HARD ROCK? ME HABRÍA ENCANTADO, PERO ESTE
ÁLBUM SURGIÓ A PETICIÓN DE DAVID FOSTER, PRESIDENTE DE VERVE RECORDS Y SU
CRITERIO ES QUE LOS TEMAS TENÍAN QUE HABER SIDO TOP 10 EN EEUU, ASÍ QUE A TOMAR
POR SACO MI DISCO DE ROCK. ESTAS SON CANCIONES DE LOS ´70 QUE CONOZCO, NO
NECESARIAMENTE CANCIONES A LAS QUE PRESTÉ MUCHA ATENCIÓN EN SU MOMENTO. Mi
manager lleva décadas pidiéndome que haga un disco como este. “Haz un álbum de
canciones de Sam Cooke” solía decirme. Además, ERA EXCITANTE QUE ME PIDIERA
HACER UN DISCO UNA DISCOGRÁFICA AMERICANA, YA QUE NO HE TENIDO UNA DESDE LA
DÉCADA DE LOS 90”.
Como complemento a esta
introducción previa, os recomiendo a quienes no la hayáis visto mi entrevista
con Bryan sobre el disco. Podéis verla aquí:
Resumiendo (y no quiero
predisponer a nadie que no haya escuchado el disco, esta es mi simple opinión):
Bryan no quería hacer este disco, la idea no parte de él, pero lo ve como una
oportunidad para poder volver a tener éxito en EEUU y tener una discográfica
que lo apoye. Creo que la elección de algunos de los temas va en su contra (y
de eso le culpo al “moñas” de David Foster,
creo que ha querido convertir a
Adams en el Rod Stewart actual,
cuando a mi juicio todavía tiene mucho que
ofrecer), aunque el vancouveriano afincado en Londres pone todo de su parte
para que el resultado final valga la pena.
Y a partir de aquí, vamos con las
canciones en cuestión. Hay pop
(“Any Time At All”, “She Knows Me”, “You´ve Been A Friend To Me”, “Never My
Love”), rock (“Rock And Roll Music”, “C´mon Everybody”), R&B (“Kiss And Say
Goodbye”), soul (“I Can´t Stop Loving You”) y hasta blues (“You Shook Me”),
aunque lo que abundan son baladas, hasta 6 de las 16 pueden considerarse como
tal, unas mejores que otras.
Tengo que reconocer que en la primera
escucha el balance me resultó decepcionante, si bien a la segunda y tercera las
canciones empiezan a crecer; aviso a navegantes: darle más de una oportunidad.
El primer tema es una versión
correcta del “Any Time At All” de los Beatles, un poco edulcorada y sin la
energía de la original, pero agradable de oír en la voz del canadiense.
Particularmente me gusta más la versión Bare Bones en directo, Adams está más
suelto y su actuación vocal mejora la del estudio.
La segunda canción es la primera
de las dos canciones propias que incluye “Tracks Of My Years”. En este caso se
trata de “She Knows Me”, cancioncilla pop escrita junto a Jim Vallance con
estribillo pegadizo que parece una versión menor de “She´s Got A Way”, de su
anterior trabajo, “11”.
Con el tercer corte llegamos a la
primera balada, el “I Can´t Stop Loving You” de Ray Charles, donde Adams se
siente como pez en el agua. Es una buena versión, la verdad. También en directo
luce más para mi gusto.
“Kiss And Say Goodbye” de The
Manhattans, el cuarto tema sigue en una línea parecida. Como decía antes, no
esperéis al Bryan rockero por aquí; en todo caso, disfrutar de su voz en otros
estilos pero no esperéis poneros a mil con este disco.
El quinto tema es uno de los
momentos más bajos del álbum en mi opinión, no tanto por la actuación como por
la elección de la canción. Mira que tienes temas para elegir dentro de la
discografía de Dylan… pues tenía que escoger una de las más monótonas (insisto,
en mi opinión). Pese a su esfuerzo, el rubio no consigue sacarnos del
aburrimiento.
Quizá consciente de ello, en el
sexto corte se mete (¡por fin!) en el rock´n´roll para atacar el “Rock And Roll
Music” de Chuck Berry, lo que hace de forma correcta, sin más.
El séptimo es uno de los mejores
momentos de “TOMY” bajo mi criterio. “Down On The Corner” de la Creedence
empieza con acústica sin su característico riff para ir in crescendo poco a
poco tanto en lo musical como en lo vocal.
“Never My Love” de The
Association nos devuelve al pop blandengue, música agradable de escuchar de
fondo, pero no es esto lo que queremos escuchar de ti, Bryan.
“Sunny” de Bobby Hebb puede ser
el ejemplo perfecto de lo que Adams comenta en el libreto del CD: “canciones a
las que no prestaba mucha atención en aquella época”. ¿Le imagináis volviendo a
interpretarla en directo o en cualquier otro sitio? Yo tampoco.
“The Tracks Of My Tears” de los
Miracles de Smokey Robinson sí que me la puedo imaginar mejor, puesto que
conozco su admiración por este artista en particular. Se puede llegar a
disfrutar de la versión si la escuchas sin prejuicios.
La versión original del álbum
acaba con el archiconocido “God Only Knows” de los Beach Boys, que puede ser
uno de los temas más interesantes del trabajo desde el punto de vista de la innovación:
no tiene nada que ver con la original. Adams la desnuda completamente para
hacerla al estilo Tony Bennet: prácticamente sólo voz y piano, con algo de
guitarra como acompañamiento.
La edición Deluxe cuenta con cinco
canciones más y empieza con la re-grabación de su tema de hace 5 años “You´ve
Been A Friend To Me”, la cual salió en una banda sonora y no había estado
disponible todavía en ningún disco suyo. Se trata de una canción pop
disfrutable con ritmo contagioso.
Sigue con otra balada, el “Help Me Make It
Through The Night” de Kris Kristofferson. Gran canción y correcta versión.
Como me pasa con el resto, me gusta más la versión Bare Bones en directo.
Palabra por palabra sobre “Help
Me…” es aplicable al “Many Rivers To Cross” de Jimmy Cliff, así que ahí lo
dejo.
En medio de las dos baladas se
cuela el rock´n´roll cincuentero del “C´mon Everybody” de Eddie Cochran. Para
los fans del canadiense no supone una gran aportación en el sentido de que lleva
25 años interpretándola en directo e incluso ha salido como cara B de algún
single. Si acaso, la novedad está en la producción más elaborada frente a la
desnudez del directo.
El disco acaba con el clásico blues
de Muddy Waters “You Shook Me”, popularizado más tarde por Led Zeppelin, de lo
mejor del disco y que nos deja con la miel en los labios y preguntándonos lo
que podría haber sido de currarse un disco de versiones en esta línea.
En fin, un disco disfrutable en
algunos momentos, otros no tanto, pero la buena noticia para los rockeros es que
el mes que viene sale la edición “Deluxe” 30 aniversario de “Reckless”, con los
10 originales más 7 bonus tracks, un concierto en Londres en abril del 85,
BlueRay, película… todo apunta a que será una joya. Sobre este proyecto y el nuevo
disco que sacará el año que viene producido por Jeff Lynne versó la segunda
parte de mi entrevista con Bryan y cuyo link os dejo aquí, por si no lo
visteis.
El disco es bueno, siendo consciente de que es un disco de versiones, pero claro, buenas canciones con un tipo, cuya voz, siempre les da ese algo especial, hace que tenga un punto a favor, pero no es que se note que Adams no está en su salsa, es que lo dice él. Entiendo que Adams quiera volver a la primera linea, que perdió por el signo de los tiempos, y porque, las decisiones que tomó, o tomaron por él, no fueron las más correctas. Seguro que si este disco, hubiese hecho honor a su título, y fuese un disco de clásicos de hard rock, con los que el canadiense creció, hubiese sido una maravilla, porque en él habría parte del corazón de Adams,algo que aquí falta a favor de la cabeza. aún así, no es mal disco, no señor.
ResponderEliminarsaludos
Muchas gracias por tu comentario Carlos. Veo que básicamente estamos de acuerdo, lo que me alegra profundamente :-) . Un abrazo.
ResponderEliminar