Qué difícil es hablar de los
Stones a estas alturas. ¿Qué se puede decir que no se haya comentado ya mil
veces a lo largo de los últimos 50 años? Brian Jones, Bill Wyman, Charlie
Watts, Mick Taylor, Ian Stewart, Ronnie Wood… quizá de ellos es un poco más
fácil. Pero intenta decir algo original sobre Mick Jagger y Keith Richards.
Casi nada.
Lo bueno es que en esta ocasión
yo vengo a hablar de mi experiencia personal. Antes de comprar este doble
vinilo (sí, me lo compré en vinilo, pero no sé qué ha sido de él L ), creo que sólo
conocía “Satisfaction”. Y este es un buen ejemplo de lo que son los Stones: un
grupo que ha trascendido más allá del rock´n´roll para convertirse en un
fenómeno cultural del siglo XX; estatus del que, en mi opinión, sólo pueden
presumir Elvis, los Beatles y Dylan.
No recuerdo por qué decidí entrar
a conocer en profundidad su obra; quizás su categoría de mito despertó mi
curiosidad, quizás el doble álbum tenía un buen precio… no lo sé. El caso es
que ofrecía una introducción buenísima para conocerles. Al tratarse de una
recopilación de algunos de sus temas más destacados, y en orden cronológico, te
permitía ver su evolución. Porque, de lo contrario, ¿cómo entender que el mismo
grupo que compuso “Heart Of Stone” fuera capaz pocos años después de crear
“Honky Tonk Women”? Entremos en materia:
“Hot Rocks I” empieza con tres
temas de su primerísima época en la que combinaban el blues, R&B y el rock´n´roll
y el dúo Jagger-Richards hacía sus primeros pinitos como compositores. Estoy hablando del clasicazo “Time Is On My side”, “Heart Of Stone” y la
rareza “Play With Fire”.
La siguiente es la canción que lo
cambió todo: LA CANCIÓN, en mayúsculas. “(I Can´t Get No) Satisfaction” no es
un simple éxito de una banda de rock. Es el tema más importante de la música de
nuestro tiempo, probablemente junto a “Like A Rolling Stone”. Ambas canciones,
por cierto, publicadas con tan sólo mes y medio de diferencia. ¿Casualidad? Ladies and gentlemen,
the greatest rock´n´roll band in the world: The Rolling Stones.
Las dos siguientes son dos de las
mejores de la primera mitad de los 60: dos temazos tan diferentes entre sí y a
la vez tan grandes como “As Tears Go By”, popularizada primero por Marianne
Faithfull, y “Get Off Of My Cloud”.
La segunda mitad de los 60
encuentra a los Stones experimentando con diferentes sonidos e instrumentos,
sobre todo por parte de Brian Jones. El primer ejemplo es el sitar que se puede
escuchar en “Mother´s Little Helper”. La siguiente es “19th Nervous Breakdown”
con la memorable línea de bajo de Wyman al final.
El sitar vuelve a aparecer en uno
de los temas más míticos de esta época: “Paint It, Black”. En la misógina
“Under My Thumb” aparece un nuevo instrumento: ¡el xilófono!
“Hot Rocks I” acaba con dos
maravillas que formaron conjuntamente un single doble en 1967: “Ruby Tuesday” y
“Let´s Spend The Night Together”.
El recopilatorio “pasa olímpicamente”
del discutido “Their Satanic Majestic Request” y “Hot Rocks II” coincide con el
comienzo de la época dorada de sus Satánicas Majestades.
¿Qué decir de un álbum que
empieza con una bomba de relojería como “Jumpin´ Jack Flash”? Nada. Tan sólo
gozar.
Sin recuperar el aliento, aparece
“Street Fighting Man”, una canción en la que nada falta ni sobra: es
absolutamente perfecta. Las guitarras acústicas, ese grandísimo bajo de Wyman,
el gran trabajo de Watts, la maestría de Jones con todos los instrumentos… en
fin, una obra maestra.
La tercera es “Sympathy For The
Devil”. Perdón por el comentario fácil, pero sólo haciendo un pacto con el
diablo se puede crear algo así. No puede ser obra de humanos.
Bendito seas Ry Cooder por
enseñar a Keef a tocar en Sol abierto. De ahí nacieron decenas de temazos
stonianos y el primero fue este “Honky Tonk Women”, a su vez versioneado y
copiado por centenares de bandas. El comienzo con el cencerro, seguido de la
batería de Charlie y la eléctrica de Keith es de lo mejor que se ha grabado
jamás.
“Gimme Shelter” prolonga el
desfile de obras de arte de una banda en estado de gracia a la que nadie puede
tocar a estas alturas. El solo vocal de Merry Clayton, gallo incluido, sigue
poniendo los pelos de punta.
Curiosamente, la versión de
“Midnight Rambler” que se incluye en “Hot Rocks II” no es la original de “Let
It Bleed” sino la que apareció en “Get Yer Ya-Ya´s Out”. Y qué versión ¡madre
de Dios!
Con lo comentado hasta aquí, esta
impecable colección de canciones sería imprescindible en la casa de cualquier
melómano, pero para rizar el rizo el disco termina con tres barbaridades del
calibre de “You Can´t Always Get What You Want”, “Brown Sugar” y “Wild Horses”.
Un babero, por favor.
Imposible no amar a los Stones, literalmente
imposible. No hay humano capaz de resistirse a estos músicos, sus
personalidades y la calidad de sus composiciones. No siempre se puede conseguir
lo que uno quiere, pero si lo intentas algunas veces te darás cuenta de que
conseguirás lo que necesitas. No hace falta decir nada más.
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